jueves, 21 de noviembre de 2013

[Confrontation] Acero y Hueso

La avanzadilla de Kar-An-Tyr había avanzado mas de lo esperado en la primera semana en la que se establecieron. Se habían retirado los cascotes de la dos entrada mas pequeñas que daban a las galerías laterales de las minas. Al cuarto día, los picos resonaban ya en las entrañas de la tierra, y las primeras extracciones de cobre llegaron al final de la semana. No sabían porque habían sido abandonadas aquellas minas por sus ancestros, puesto que los depósitos de mineral y cobre eran abundantes, y la estructura de refuerzo y contrafuertes en los túneles, habían sido encontrado en muy buen estado para la edad que se supone debían de tener, o eso le dijeron extrañados los ingenieros encargados.

Algunos de los mineros decía haber encontrado grabados en la piedra, "¡advertencias!" decían escandalizados, escrito en algún dialecto antiguo. Kahinir había echo lo posible por acallar aquellos rumores de los mas supersticiosos de entre los trabajadores; necesitaba a sus hombres al 100%, y no quería que cuentos de viejas les distrajesen de la labor que les había encomendado el consejo de la Ciudad de Vapor.
"Susurros... susurros en lo profundo" se murmuraba en las hogueras del campamento minero. Historias de arañazos sobre la piedra y voces en la lejanía... el que mas y el que menos tenía alguna pequeña historia que contar, y esto fue haciendo mas y mas grande la bola acerca de que el lugar estaba embrujado. Al final el Armero tuvo que ceder, y mandar algunos Guerreros Khor a lo profundo junto a los mineros con tal de tranquilizar sus miedos no justificados... o quizás si eran justificados...



El segundo día de la tercera semana el miedo tomó forma corpórea, pero no provenía de la mina, si no que venían en su búsqueda, como si una llamada silenciosa les hubiese atraído. El Crepúsculo ocultó su llegada, pero su hedor los descubrió. A la cabeza, una figura alta y hastada los guiaba, embutido en una negra y maltrecha armadura pesada, el Guerrero Cráneo husmeó el frío aire, entreabriendo la mandíbula expuesta en un mudo gruñido. Los tenues puntos de luz en el fondo de sus cuencas vacías brillaron con expectación al comprobar que en el campamento la actividad crecía por momentos, probablemente alertados de su presencia. No contaban con encontrar a nadie en aquel lugar, aquello complicaba encontrar la caverna que le habían encomendado encontrar . Tras él, dos figuras mas avanzaban encorvadas, con restos de pelaje y la piel muerta colgando en jirones sobre los pútridos músculos y los huesos expuestos, parodias de lo que fueron orgullosos Guerreros Wolfen.

Kahinir y el grupo de guerreros destacados en al avanzadilla fueron a su encuentro, quedando todos ellos a una distancia prudencial, mientras el enano se adelantó con gesto desafiante y sin mediar palabra, se detuvo a media distancia entre él y los suyos, golpeando contra el suelo su maza a vapor. La chispa en la negrura de las cuencas vacías de Alderan se intensificó, divertido ante la actitud del enano, adelantándose al resto de sus fuerzas que lentamente iban alcanzándoles, dispuesto a responder al desafío lanzado.
Kahinir había reconocido al antiguo paladín de Alahan en aquel cadáver andante, o almenos por las historias que había oído. Si era así, sabía que aceptaría su desafío ganando tiempo para que el campamento organizase sus defensas, tal vez aún quedase algo de la honorabilidad de lo que fue en vida en aquella carcasa muerta...


Expedición de Kar-An-Tyr
Kahinir + Runa de curación Mayor + Fortaleza/de Acero y vapor + Caldera + Arma térmica.
3 Veteranos de la Forja.
2 Termo-guerreros + Fortaleza/de Acero y vapor + Compresor experimental.
3 Guerreros Khor + Fortaleza/de Acero y vapor.
Hijo de Uren + Fortaleza/de Acero y vapor + Compresor experimental.
2 Trabuqueros Enanos + Fortaleza/de Acero y vapor.

Avanzada Acheroniana
Alderan + Amargura (invocación de Iras)
2 Centauros pesados de Acheron
2 Paladines Negros + Azote de las Batallas
Wolfen de 34ptos
Wolfen de 51ptos
2 Ángeles mórbidos
3 Marionetas mórbidas

El escenario a jugar fué: El Combate de los Jefes. Partida a 400ptos por bando. Colocación de la escenografía por 'coordenadas'.

El silencio del campo de batalla solo se ve roto por el entrechocar del acero de los dos líderes.

Turno 1:
Los enanos se miraron unos a otros, intranquilos ante la presencia de los retorcidos engendros de pesadilla de la Baronía Maldita, quietos como macabras estatuas de carne podrida y hueso. Los guerreros khor se percataron del miedo en el ambiente... uno comenzó a golpear su pesado escudo con el pomo de su espada, y pronto al repicar metálico, se le unieron los otros dos, haciendo que el entrechocar resonara en la explanada entre ambos grupos de guerreros, infundiendo valor y confianza a sus camaradas. Al grito de "¡Vapor y acero!, ¡por Kar-An-Tyr!", Los Khors se lanzaron hacia los engendros de Acherón. El vapor resopló en las calderas y el grito fué coreado por el resto.
Las energías nigrománticas que encadenaban y animaban aquellas marionetas de hueso y carne se agitaron, como si aquel grito las hubiese perturbado. Con el batir de correosas alas, los dos ángeles mórbidos emprendieron el vuelo, ascendiendo con rapidez y sujetando con sus huesudos dedos sus ganchudas armas. Los cascos de los Centauros pesados patearon el suelo antes de iniciar la carga, tomando carrerilla, apuntando con sus afiladas y crueles lanzas a sus objetivos. Las marionetas mórbidas avanzaron con su paso lento y torpe, acompañadas con el entrechocar de sus huesos, mientras los enormes cadáveres de Wolfens las dejaron rápidamente atrás, enarbolando unas pesadas guadañas atadas a sus brazos que hacían de ellas como una extensión de ellos.
La carga de la oleada de Acherón fue devastadora, la mayoría de enanos quedaron sobrecogidos, algunos ni tan siquiera tuvieron valor para moverse. Los trabuqueros enanos abrieron las válvulas de sus calderas, y al coro de silbidos de vapor y gritos, se unió el estruendo de las descargas de acero y vapor de los trabucos. Uno de los Ángeles Mórbidos recibió uno potente disparo en su pecho, haciéndolo girar sobre si mismo en los aires, recuperando el equilibrio, pero quedando uno de sus brazos colgando inútilmente. Otro disparo hizo blanco en una marioneta mórbida, que retrocedió ante el impacto, dañándole todo un costado.

Los enanos aguantan estoicamente la brutal carga de Muertos-Vivientes.

El suelo temblaba ante la carga de los centauros pesados, ataviados con pesadas bardas y corazas de hierro forjado, sus cascos levantaban polvo y piedras, haciendo temblar el suelo y el corazón de sus enemigos. Con todo su peso sobre la pesada lanza de caballería, una de ellas desgarró carne y metal con la misma facilidad, ahogándose el grito de dolor en el casco del termo-guerrero que recibió la mortal herida, cayendo a un lado sobre sus desparramadas entrañas mientras el centauro pasaba de largo y se volvía para retomar de nuevo carrerilla y un nuevo objetivo.
De un salto, uno de los descomunales Wolfens Zombi se abalanzó sobre otro de los Guerreros Khor, sobrepasado por la bestia, mantuvo su posición defensiva. Tras él escuchó un brutal y familiar rugido que casi logró reconfortarle. Un Hijo de Uren, con su descomunal tamaño, interceptó en el aire a la marioneta de las Tinieblas, enzarzándose en un brutal combate. La oxidada guadaña logró morder la dura carne del 'enano-gigante', y de un grito de frustración, desvió el arma del Wolfen con  un violento golpe de su hacha y apretando su guantelete mecánico para abrir la válvula de presión, lanzó el puño propulsado a vapor sobre el rostro del Wolfen, el cual crujió violentamente ante el impacto, saltando sangre coagulada y restos de tejidos podrido, haciéndolo caer de espalda, lanzando su hacha contra el torso desprotegido, liberando al cadáver de sus ataduras mágicas.
Justo en ese momento, el segundo centauro alcanzó a uno de los guerreros Khor, quien se mantuvo quieto para recibirlo, alzando su escudo, impactando la punta de la lanza contra esta, rechinando el metal al mismo tiempo que el enano se echaba a un lado, apunto de perder el equilibrio ante la violencia del impacto, alzando su espada en un arco descendente para golpear las huecas entrañas de la bestia, arrancando astillas de sus costillas, un golpe torpe al que la criatura respondió golpeando con sus cascos al aire, impactando en un hombro del enano, haciéndolo retroceder magullado, gruñendo de rabia. El hijo de Uren se volvió hacia ellos y se unió a la reyerta, su hacha hendió el aire torpemente, exhausto de su enfrentamiento contra el terrible Wolfen, pasándole factura contra el centauro pesado, quien hundió su lanza en su costado tras tomar impulso, haciéndole caer de rodillas, para después recibir los cascos contra su cara, desplomándose pesadamente con un lastimero quejido.

Durante el primer encontronazo caen dos de los grandes!.

Las pálidas y hastadas figuras de los Paladines Negros, embutidos en sus armaduras oscuras como sus almas, se mantuvieron en la retaguardia, a la espera de órdenes por parte de su maestro, quien permanecía enzarzado en combate con el tozudo enano.
El martillo del enano desviaba los golpes de mandoble que prodigaba Alderan. Este, todo y su estado de descomposición, se movía con endiablada rapidez, y la Muerte no parecía haberle arrebatado la destreza marcial que en vida tuvo como paladín de Alahan. Pero el Enano no se quedaba atrás... cargaba con una pesada mochila repleta de bártulos, y aún así seguía el ritmo al enorme Guerrero Cráneo, aprovechándose de su estatura en desventaja de la altura del monstruo, no dejaba de buscar huecos en sus defensas. La habilidad marcial de ambos contrincantes parecía igualada.

Alderan y Kahinir se baten en duelo singular y a muerte.

Turno 2:
La caída del Hijo de Uren hizo tambalear la moral de los Enanos al ver caer al Bendecido por los Dioses desplomarse, una señal que los mas supersticiosos vieron como nefasta. El campo de batalla era un verdadero Caos, y los supervivientes del choque inicial, trataban de consolidar posiciones y reagruparse.

El Centauro pesado galopaba volviendo a la seguridad de las filas amigas para retomar la carrera y lanzarse contra los desperdigados enanos. Consciente de ello, el guerrero Khor  mas cercano gritó hacia los trabuqueros, apuntando con su espada en dirección al centauro que comenzaba a tomar velocidad. Instintivamente, los enanos apuntaron sus cañones sobre el centauro, las calderas silvaron y rugieron, descargando su ardiente y mortífera carga cuando el horror acorazado en carga les estaba apunto de alcanzar. El primer proyectil estalló contra el costado del monstruo, arrancando hueso y barda por igual, haciéndole desestabilizarse en su carrera, ayudando a que el segundo impacto se estrellase en la unión del torso humanoide con la punta del pecho del caballo, rompiéndola, cayendo inerte partido en dos como lo que debía ser.
Ambos enanos gritaron de alegría,  pero esta duro poco, el malherido ángel mórbido se abalanzó sobre uno de ellos, cayendo ambos al suelo en un amasijo de patadas y golpes. Un segundo Ángel Mórbido se abalanzó sobre el grupo de veteranos de la Forja, que sobrecogidos ante la carga de las criaturas de pesadilla de Acherón, no lograron ni avanzar. Todo y abalanzarse desde los cielos, los sobrecogidos enanos no retrocedieron ni un ápice; en cuanto el trabuquero pudo recuperar el equilibrio, hundió la culata del enorme trabuco en el cráneo del destrozado no-muerto, partiéndose con un crujido seco seguido del desmoronar de sus huesos contra el suelo. Mientras tanto, el Veterano se debatía contra el otro engendro alado, luchando contra con la fuerza que da la desesperación del miedo. Con un silbido de la caldera, liberó un potente chorro de vapor que impulso su martillo a dos manos de pleno contra el Ángel Mórbido, saltando huesos y astillas mientras evitaba las garras y su retorcida hoz.
Las marionetas mórbidas avanzaron torpemente para no dar tregua a los vivos, con los restos de sus oxidadas armas prestas a saciarse de sangre enana, alcanzando con su torpe avanzar a las desperdigadas tropas enanas que se defendieron como buenamente pudieron ante aquella infatigable Horda no-muerta. El cansancio comenzaba a pasar factura entre sus filas. Los Veteranos de la Forja aún se veían sobrecogidos por las grotescas criaturas, incapaces de moverse viendo como caen sus hermanos en batalla.

Incluso unos Veteranos Guardianes de la Forja, se ven sobrecogidos ante la presencia de lo sobrenatural.

A cuatro patas, el Wolfen zombi avanzó a grandes zancadas por el campo de batalla, como un sabueso infernal, se abalanzó contra uno de los Guerreros Khor que había quedado aislado del grupo principal tras el choque inicial. Este, al verse solo ante la monstruosidad y deshonrando a sus ancestros, huyó lo mas rápido que le permitieron sus cortas piernas. La bestia se detuvo de golpe, como si los invisibles hilos que la animaban hubiesen tirado de él, volviéndose lentamente hacia Alderan y Kahinir, quienes se batían en duelo singular donde la caprichosa victoria no parecía decantarse por ninguno. Con rapidez el Wolfen Zombie se lanzó hacia el desprevenido enano, quien se vio sorprendido ante el brusco giro de acontecimientos, "no esperes honor de la Baronía Maldita", se escuchó decir a sí mismo... Superado en fuerza y número, Kahinir retrocedió ante la embestida del Wolfen Zombi, esquivando y desviando como bien podía, hasta que lanzó un grito de dolor cuando la cuchilla de la guadaña descendió abriendo su carne en una gran herida de su hombro cruzándole el pecho. Gruñendo de dolor y haciendo rechinar sus dientes, el enano se mantuvo en pié, atacando con torpeza, la caldera de su arma se había apagado con tanto movimiento, todo parecía en su contra. Flanqueado como estaba, sus ataques no alcanzaron a ninguno de sus adversarios. Alderan, divertido ante su superioridad, lanzaba estocadas contra el malherido enano, mordiendo Amargura (el cruel mandoble de acero negro del Guerrero Cráneo) su carne, alargando su agonía, hasta que finalmente el golpe de gracia vino del propio Wolfen Zombie con un segundo impacto que hizo caer de espaldas al enano al golpear su pecho una segunda vez, quedando mortalmente herido.
La expuesta mandíbula de Alderan se entreabrió en un quedo siseo señalando hacia el combate a escasos metros de él, retirándose después en dirección a los Paladines Negros que habían asaltado al mismo tiempo a un Guerrero Khor en la cercanía, el cual, había decidido sacrificarse para dar tiempo a sus compañeros, confiando en su pesada armadura para resistir los ataques de la Guardia pretoriana del Guerrero Cráneo, recibiendo múltiples heridas, aguantando con determinación. El Wolfen Zombi, como siguiendo la orden de su maestro, desvió su rajado hocico para lanzar una mirada vacía hacia el Centauro Pesado al que el Enano Khor no dejaba escapar y se dirigió hacia allí con rapidez.
El combate entre el Centauro Pesado y el Guerrero Khor parecía en tablas, se intercambiaban golpes uno contra el otro, pero el cansancio de uno y la pesada coraza del otro evitaban llegar a herirse de gravedad.
Tras el Guerrero Khor, Un Termo-guerrero cubría sus espaldas, destrozando una Marioneta Mórbida de dos potentes golpes de su arma térmica. Pudo ver desde su posición como Kahinir era derribado y como el enorme Wolfen Zombi se acercaba hacia su posición. Tras deshacerse de su primer rival con facilidad, emitió un grito de rabia que resonó en su casco a la vez que emitía esta una bocanada de vapor. El enano interceptó al terrible monstruo, enzarzándose con el.

Los combates se recrudecen por momentos.
De un torpe ataque, el Wolfen Zombi clava la guadaña en el suelo, esquivando el golpe con agilidad el enano, las pútridas fauces del monstruo se cierran a escasos centímetros del casco del Termo-guerrero, con un chasquido seco en el que se desprenden algunos de los colmillos que cuajan la mandíbula inferior. Ese es el momento que el enano aprovecha para vaciar su caldera; esta sisea violentamente y el vapor corre por el interior del hacha, sobrecalentándola para descargarla con fuerza contra el expuesto cuello de la criatura, desprendiéndose la cabeza ante el brutal impacto, cayendo pesadamente el cuerpo a un lado, salpicando de la negra y coagulada sangre del muerto-viviente la escafandra del Termo-guerrero.


Turno 3:
Con la caída de Kahinir, la moral en general del grupo se vino abajo, pero no podían desfallecer. Debían retener cuando tiempo pudiesen a aquellos engendros.
El Guerrero Khor que huía, escuchó el grito de Kahinir, deteniéndose en seco. Había ensuciado el honor de su familia al abandonar a sus camaradas, no podría regresar con la cabeza alta a su ciudad, y pensar en una vida de humillación y deshonor le hizo tomar la determinación de volver a la batalla, corriendo hacia Alderan, aun lejos de su alcance, su propia sangre limpiaría su deshonra!. Ante aquello, fué el propio Alderan el que respondió, lanzándose contra el atrevido enano, interceptándolo, entrechocando sus armas, afrontando el enano sus miedos, aún sobrecogido.
Mientras, los Paladines Negros no daban tregua al otro Guerrero Khor, quien se defendía desviando los golpes mas peligrosos, dejando que su pesada armadura detuviera el resto de golpes, aguantando estoicamente a sabiendas de su funesto destino, evitando a las Almas Negras apoyar a la menguante Horda Acherón.
El termo-guerrero corrió con la mirada fija tras los cristales de la escafandra en Alderan. Las fuerzas enemigas  habían sido mermadas y atacar el campamento sería inútil por sencilla inferioridad numérica, aún así, debía evitar que huyera para pedir refuerzos.
Los trabuqueros se enzarzaron contra las Marionetas Mórbidas restantes, mientras el último ángel mórbido fue rematado por el Veterano de la Forja sin demasiada dificultad, avanzando hacia la batalla, con intención de ayudar al Khor contra el Centauro Pesado, cosa que sus compañeros ni pensaron en hacer, aun paralizados por el miedo (y vaaaaan 3 turnos sin moverse! XD).

Subestimar a lo que no tiene conciencia ni teme a la Muerte es un grave error.

El pesado escudo del Centauro pesado, golpeó en pleno rostro al enano, que escupió a un lado sangre tras trastabillar retrocediendo. Volvió a cargar contra el monstruoso híbrido, arañando con su espada la impenetrable coraza de la criatura, con un grito de frustración lanzó un segundo golpe que partió en dos la columna de la criatura, cayendo partido en dos como su 'hermano' en la muerte, cayendo el cuerpo en un estrepitoso estruendo de huesos y metal. Sin perder el tiempo, el magullado enano, aun recuperando el aliento, avanzó pesadamente hacia los Paladines Negros, en busca de la misma gloria que su hermano de armas.

El Guerrero Khor se enfrenta al terrorífico Alderan, sobre cuya arma aún resbala sangre de enano.

Alderan subestima al pequeño enano acorazado, que aunque no logra desviar sus potentes ataques, su armadura deja pocos huecos donde poder hendir su Arma Negra. Sin demasiada dificultad, el Guerrero Cráneo desvía sus ataques, devolviéndolos con facilidad pero sin lograr hacer mella en la coraza del enano.


Turno 4 - FINAL
Lo que había comenzado como una batalla campal, se había convertido en pequeñas escaramuzas aisladas. Alderan se batía contra el Guerrero Khor que al ver llegar al Termo-Guerrero, se insufló de valor para apoyar a su camarada contra el líder enemigo, quien aún guardaba un As en la manga.
Su enorme espada emitió suaves susurros femeninos, audibles incluso para los enanos, protegidos por sus pesados cascos. La negrura se arremolinó entorno al mandoble negro del Guerrero Cráneo, alzándose tras él las sombras que adoptaron la forma de una Ira Tenebrae (usamos una marioneta mórbida con lanza por problemas técnicos :P).
Tras acabar con el Centauro Pesado, el otro guerrero Khor se unió a su hermano de armas para apoyarlo contra los temibles Paladines Negros, quienes a pesar de su superioridad, no consiguieron acabar con su primer rival.

Las tropas de Kar-An-Tyr tratan de reagruparse para apoyar a los malheridos combatientes.

Los veteranos de la forja, avergonzados por haber contribuido solo a la masacre en su propio bando por su inactividad, finalmente avanzaron con timidez hacia la reyerta, tomando el cuerpo del herido de muerte Kahinir, quien permanecía inmerso en un trance de muerte debido a las mortales heridas y las mordeduras de la maligna Amargura.

Nada parece poder acabar con el temible Alderan.
Mientras, los trabuqueros hacían cuanto podían ante la ferocidad renovada de las Marionetas Mórbidas, quienes finalmente consiguieron acabar con la vida de uno de ellos.
Los Khor no tenían nada que hacer contra los Paladines Negros, mucho mas diestros en combate y sin haber entrado en combate, no mostraban signos de fatiga. Una de las Armas Negras logró encontrar un hueco en las defensas del enano, colándose la punta entre las uniones de pesadas placas de un costado, penetrando el arma ma de un palmo en la dura carne, cerca del vientre, ahogando el grito de dolor del enano que desfalleció escupiendo sangre. Su compañero maldijo entre dientes a los Dioses, sabía que pronto se verían cara a cara.
Alderan se enfrentó a ambos enanos, Khor y termo-guerrero, pero sin demasiada dificultad, detenía y fintaba sus ataques, devolviéndolos con facilidad, pero incluso el Guerrero Cráneo tenía dificultades para atravesar las gruesas placas de las formidables armaduras Khor y las pesadas escafandras de la Forja.

RESULTADO FINAL: ACHERON 2 - TIR-NA-BOR 1

BAJAS:
Expedición de Kar-An-Tyr
Kahinir 
1 Termo-guerreros
1 Guerreros Khor
Hijo de Uren
1 Trabuquero Enano

Avanzada Acheroniana
2 Centauros pesados de Acheron
Wolfen de 34ptos
Wolfen de 51ptos
2 Ángeles mórbidos
2 Marionetas mórbidas

CONCLUSIONES:
- Siempre me burlaba de que el miedo lo habían empeorada en C3, pues bien, fallé unos 16 chequeos de Moral a base de 1s y 2es, tantos fueron, que tres figuras de mi banda no llegaron ni a moverse salvo el último turno, ¡increíble!.
- Lo Guerreros Khor comen piedras para desayunar, solo murió uno y viendo las tiradas para herir que le colaban, aguantaron una barbaridad!.
- El contra-ataque es infame en personajes guerreros según la revisión de C3.5, creo que debería emplearse como antiguamente o algunos personajes son imposibles de impactarles!.
- Las armas a vapor son capaces de darte el combate con una buena tirada, ver como sumas 7 a la fuerza con los compresores experimentales le quita el hipo a tu enemigo, que se lo digan al Wolfen Zombi y al Centauro Pesado!.

BONUS
Lo importante no fué el combate de los Jefes, toda nuestra atención se centró en el combate épico entre las Marionetas Mórbidas y los Trabuqueros! un merecido empate entre ellos! XD.

Tarik! noooooooooooo!!!
La temible marioneta mórbida mató al pobre Tarik a base de mordiscos en los tobillos, acabando por caer al quedarse sin con lo que poder caminar!

Venganza servida a culatazos de trabuco.

Thorvir se enfrentó a otra Marionera Mórbida, sirviéndose la venganza por ver morir 'destobillado' a su hermano, quedamos en tablas maldito!.

2 comentarios:

  1. Me ha encantado el informe, una partida entretenida y llena de anecdotas, espero ver mas :)

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    1. Mi banda no era muy compleja, básicamente 'arrejunté' todo lo que tenía de enanos y como no llegaba a los puntos, los inflé afiliándolos a Kar-An-Tyr XD.

      Sin embargo la banda de Acherón... muy muy dura, mucha pegada, velocidad, regeneración, invocaciones... completita, bastante competitiva, su única pega es el número de miniaturas.

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